sábado, 16 de agosto de 2008

Argentina : Inflação.


Fonte : America Economia -

15-08-2008 Actualidad
Índice de lágrimas al consumidor
por Rodrigo Lara Serrano, Buenos Aires

Empleados del Indec afirman que se los desplaza por negarse a manipular estadísticas. Otros dicen que no están para discutir metodologías de cálculo.
"He visto, personalmente, a encuestadores llorando y diciendo: traje el pan a 4 y me lo bajaron a 2,5". Cynthia Pok, ex encargada de la Encuesta Permanente de Hogares del Instituto Nacional de Estadística y Censos de Argentina (Indec), tiene algo de esos personajes secundarios de las novelas de Tolstoi: alguien perfectamente anónimo que, de pronto, se encuentra atrapado en medio de un puente en plena batalla.
Lo de batalla no es una metáfora. Hace un tiempo, un grupo de empleados de estadísticas pasó a entregar un petitorio de aumento de sueldo al Ministerio de Economía. "Sabían que íbamos. Nos hicieron entrar y de pronto cierran las puertas, la luz estaba baja y en el hall nos esperaba la patota que nos amenaza acá, en el Indec. Se nos abalanzan y nos comienzan a golpear. Caí al suelo. Los empleados de Economía trataban de pararlos, pero la pelea duró de 20 minutos a media hora. La policía federal (con hombres en el ministerio) estaba viendo y no intervino".
El pugilato ocurrió entre gente de la ATE (Asociación de Trabajadores del Estado) y de UPCN (Unión de Personal Público de la Nación), los dos sindicatos que conviven en el Indec. ¿Qué es lo que ha convertido a los empleados del otrora prestigioso instituto en capuletos y montescos? Simple. Una discusión sobre aceptar, o no, 10 a 12 puntos de inflación "extras".
Desde que en el primer trimestre de 2007 los encargados de varias áreas de la entidad comenzaron a ser desplazados, estalló la polémica. Los expertos, como Pok, denunciaron que se los transfería a otros puestos por su negativa a manipular estadísticas para bajar la inflación. El gobierno arguyó que, por el contrario, los desplazados eran funcionales a intereses privados para subirla: inversionistas que tienen bonos que se ajustan por un índice ligado a la inflación. Y que, por el contrario, alegan que las autoridades los están "defaulteando" a escondidas, al ocultar la tasa real de inflación.
Porque de haber inflación, hay. La otra discusión es por qué. Con superávits fiscales sostenidos sobre el 3%, las autoridades esgrimen que el origen de la inflación está en el desfase entre la demanda contenida que explotó al recomponerse los ingresos, y los cuellos de botella de inversión y producción. Centros de investigación como el CERX, describen lo anterior más bien como "una recomposición de los márgenes de ganancias de sectores productivos que habían bajado sus márgenes al mínimo". Lo anterior está en consonancia con los economistas que hablan de una clase media alta -ligada al boom de los commodities agrícolas y con consumo de país desarrollado- subsidiada por servicios públicos (gas, electricidad y agua) con precios congelados, cuyo poder de compra es altísimo. Entonces, si le suben los precios, los paga.
Visiones más liberales sostienen que lo que ocurre es que el gobierno expande el gasto demasiado por sobre la expansión de los ingresos.
Pero ¿de qué niveles de inflación estamos hablando? El problema es que oficialmente no es posible saberlo. "Este año la inflación será del 20-22%" contesta el economista Mariano Lamote, del centro de estudios Abeceb. "Nuestra estimación la ubica en torno del 28%", es la visión del también economista Ricardo Delgado, de Ecolatina. El último Informe de Inflación del Banco Central dice que los precios (minoristas) en el IPC-Resto (medición del Indec a la llamada "inflación subyacente" que no incluye energía) llegó, en junio, a un 12% . Y agrega en una frase para "entendidos": "Los diferentes indicadores de precios disponibles continúan mostrando variaciones divergentes". Algunos de alrededor del 20%.
Argentina es un país federal, de modo que varias provincias miden sus propios IPC. Los resultados para el primer semestre van desde un 6,8% para Mendoza a un 14,9% de la patagónica Río Negro, pasando por el 14,8% de San Luis, el 14,5% de Salta, el 12,4% de Tierra del Fuego y el 11,1% de Chaco. No hay que ser sabio para extrapolar un 21% anual en 2008 si la tasa cae el segundo semestre. O un 26-28% si recrudece tras un descenso en el último bimestre.
A este último respecto, las opiniones están, de nuevo, divididas. Lamote comenta que la inflación "en los dos últimos meses viene cayendo", en correlato al enfriamiento de la economía. Las ventas se desaceleran, desciende la producción industrial. Sin embargo, no es claro si ello se debe a los efectos del paro agrario de tres meses que congeló el consumo, o es un fenómeno de más largo aliento. En declaraciones a la prensa, el economista favorable al gobierno Eduardo Curia advirtió que sospechaba "que estamos en una trayectoria del tipo serrucho, donde habrá altibajos en la actividad vinculados a presiones en el consumo contra la inflación". Sería una mala noticia. Ahora, además del índice informal, más de acuerdo con sus intereses, los agentes podrán elegir la parte del "serrucho" que más les sirva.
Para la analista política y titular de Romer & Asociados, Graciela Romer, las encuestas muestran que la gente de la calle sufre "el serrucho" que golpea sus ingresos. Y ello tiene efectos políticos. "Ya a principios de año había un profundo malestar sobre la inflación creciente". De hecho, la disputa reciente sobre los impuestos a la exportación "fue una rebelión fiscal sobre la cual se montó la clase media que sufre el peso de la inflación en el deterioro de su calidad de vida". Eso, "y no un parecido con Dinamarca o Suecia, en que a la gente le haya dado un ataque de republicanismo, explica lo que pasó".
La derrota del gobierno de Cristina Kirchner, al anular el aumento impositivo, abrió la expectativa de una solución consensuada para el Indec. La oposición y varios amigos del gobierno piden, eso sí, la renuncia de Guillermo Moreno, el secretario de Comercio, que controla la entidad. En la Casa Rosada hay silencio, luego de haber defendido el cambio de metodología. Mientras, un juez investiga la manipulación de los índices y se ha pedido que la justicia nombre un veedor que reestablezca el cálculo de la manera tradicional.
Damián Comas, secretario general de UPCN en el Indec, el sindicato mayoritario en la entidad acusado de obedecer a Moreno, dice: "No discutimos metodologías de cálculo. Somos una organización sindical". Y agrega: "Trabajo acá hace 15 años. El cuestionamiento estuvo siempre". Por su parte, Pok, miembro del sindicato de ATE (Asociación de Trabajadores del Estado), se molesta. "Nadie conoce la nueva metodología. No está publicada". Y asegura que UPCN apoya a las autoridades porque "se han reclutado unas 300 personas nuevas sin capacitación", afines a ese sindicato.
Una fuente del Indec ajena a estos grupos, que pide reserva de su identidad, explica que, por un lado, "el gobierno tenía el aval para sacar a personas vinculadas a ATE porque sus concursos habían caducado". Pero, por otro, "cómo lo hizo fue horrible". Y ahora "hay gente de UPCN que cobra fortunas por tareas insignificantes. Cuidar una puerta $ 6.000 (US$ 2.000)". Esos empleados, indica, son unos 50, y están ligados al polémico Moreno. "La verdad es que muchos de ellos son buena gente. Defienden el índice nuevo porque ¿dónde van a cobrar lo que cobran acá? Y lo de la emboscada es cierto. Fue una locura".

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